COMUNICACIÓN INTRAPERSONAL E INTERPERSONAL EN LOS ADOLESCENTES DE PUENTE VIRÚ
Muchos de los problemas que afligen a los individuos, neurotizándolos, amargándolos y bloqueándolos, son los problemas de comunicación. También son problemas que afectan a las organizaciones, restándoles fuerza y eficacia.
"Parece una ironía que el hombre moderno, que ha sido capaz de desafiar los elementos de la naturaleza y de conquistar la luna, sea incapaz de entenderse con su vecino y de formar equipos bien integrados."
Mauro Rodríguez Estrada
No existe mejor medio de superación personal que la buena comunicación: intrapersonal e interpersonal.
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COMUNICACIÓN INTRAPERSONAL
Es el diálogo que sostenemos con nosotros mismos, la conciencia, el angelito y el diablillo que nos acompaña eternamente en nuestras vidas, o como lo quiera representar.
A través de la comunicación intrapersonal, aprendemos a conocernos, a elaborar la imagen de nosotros mismos, a valorarnos, evaluarnos y estimarnos. La comunicación interna es a través de nuestros pensamientos, pero también a través de nuestro cuerpo que nos envía señales de alarma o de satisfacción.
Piense y conteste estas preguntas:
¿Conoce Ud. cuáles son las señales que le envía su organismo, cada vez que lo somete a presión?
¿Conoce Ud., cómo controlarlo y atenderlo?
¿ Utiliza la reflexión y la meditación antes de tomar decisiones?
A través del autoconocimiento y de sus altibajos a lo largo de los años, vamos integrando un auto concepto, es decir, una imagen de nosotros mismos, que puede ser negativa o positiva, estimulante o deprimente, equilibrada o desequilibrada, verdadera o falsa.
Ningún concepto o juicio es más trascendental para una persona que el que ella se forme de sí misma. Este concepto es la variable número uno de la comunicación humana; la que en forma decisiva condicionará las acciones y las reacciones del sujeto en cuestión
COMUNICACIÓN INTERPERSONAL Y GRUPAL
Entre dos o mas personas puede haber una comunicación artificial, defensiva, mecanizada y puede también haber una comunicación fluida, abierta, espontánea, confiada y cordial. En la primera el individuo comunica cosas, como las podría hacer una máquina, en la segunda SE COMUNICA. Esta no depende tanto del temperamento y rasgos de carácter, cuanto de la voluntad de compartir, de participar, de tender puentes, de involucrarse, de darse.
La comunicación abierta no tiene que ver con la verborrea o abundancia compulsiva de palabras superficiales, sino con la sinceridad y permitir el acceso a mi mundo interno.
La comunicación genuinamente interpersonal es hablar con y no con hablar de o hablar sobre, exige sacar los sentimientos. La riqueza de la comunicación está en su paradoja: ACEPTAR TOTALMENTE AL OTRO Y SIN EMBARGO PERMANECER TOTALMENTE YO MISMO, SIN DILUIRME.
Las emociones, a diferencia de la mente racional, que se comunica a través de la palabra, lo hacen de un modo no verbal. El lenguaje gestual, el lenguaje de la música, del teatro, de la plástica, en fin, el lenguaje del arte, nos transporta inconscientemente al espacio de las emociones.
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Con la antigua mirada educacional se dejaba de lado un aspecto esencial de los seres humanos: las emociones,
Utilizamos el término emoción para referirnos a una posible reacción psicológica y fisiológica ante un estímulo determinado.
Coexisten miles de emociones, junto con sus fusiones, variables, mutaciones y matices. En efecto, existen en la emoción más sutilezas de las que podemos nombrar.
Peter Salovey organiza las inteligencias en cinco competencias emocionales principales:
a) El conocimiento de las propias emociones:
b) La capacidad de controlar las emociones:
c) La capacidad de motivarse a uno mismo.
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d) El reconocimiento de las emociones ajenas: la empatía es otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, y constituye una habilidad fundamental.
e) El control de las relaciones: la magia de la relación se basa, en gran parte, en la habilidad para relacionarnos apropiadamente con las emociones del otro.
Los niños emocionalmente sanos tienen una buena autoestima personal. Saben tratarse a sí mismos del modo en que han sido tratados por los demás. La autovaloración es el reflejo de la imagen que apreciamos que los demás tienen de nosotros. Es tarea personal y de la educación llegar a lograr el dominio de uno mismo, desarrollar la facultad para solucionar los reveses emocionales.
Quienes poseen una elevada inteligencia emocional - interpersonal, intrapersonal y social- son personas socialmente estabilizadas, sociables, optimistas. Poseen una gran capacidad de compromiso con ideales y con personas, acostumbran asumir tareas, tienen una mirada ética de la existencia. Su mundo emocional es fértil, se sienten a gusto consigo mismos, con sus semejantes y con el universo social en el que viven, tienen una autoimagen positiva, y la mayor de los acontecimientos tienen sentido.
ILa Inteligencia Intrapersonal es el conocimiento de los aspectos internos de una persona: el acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones entre estas emociones y finalmente ponerles un nombre y recurrir a ellas como medio de interpretar y orientar la propia conducta. Una persona con una buena inteligencia intrapersonal posee un modelo viable y eficaz de si mismo (HOWARD GARDNER, La Teoría de las Inteligencias Múltiples , 1995, página 42)
La ausencia manifiesta de relación consigo mismo puede generar autismo en algunos niños. Las características por las que podemos reconocer a un niño autista son variadas.
Inteligencia Social en el plano individual .
Es la capacidad para conectarse con los acuerdos sociales, con las costumbres, con la cultura vigente, y retroalimentarse de los mensajes del entorno para convivir armónicamente en comunidad.
La inteligencia social, incluye en su funcionamiento a las inteligencias inter e intrapersonal, y se supedita al manejo que el individuo asume con las situaciones que se presentan al interior de una sociedad.
La vida humana es también fruto de una influencia inquebrantable del medio ambiente sobre las emociones y sobre el modo de observar y asimilar que el individuo tiene ante los acontecimientos que se suscitan en el mundo que le rodea.
Es posible renovar la manera en que el ser humano se relaciona con sus iguales. Somos seres sociales, gregarios, ésta es una raíz primordial, entonces la solución a esta relación individuo-individuo, radica en encontrar la satisfacción personal y el modo para aceptar y acoger a los demás, para potenciarlos, para confirmarlos, para conducir situaciones de conflicto, para sobrellevar situaciones de tensión, para hallar soluciones satisfactorias a problemas habituales.
Esta inteligencia, que se funda esencialmente en la confirmación, ha permitido desarrollar culturas y sociedades a través de la existencia humana en el planeta.
La inteligencia social revela que nos hemos constituido como individuos para establecer relaciones con otros y con el entorno a través de pautas de interacción social, (normas, leyes, acuerdos, costumbres, formas de convivencia, compromisos) pautas de enorme significación en nuestras vidas. Nos hemos constituido para formar familia, para compartir y educar a nuestros hijos, para desarrollar culturas, para convivir en comunidad, para ser sociables, con el fin de lograr el propósito de todos los propósitos, la felicidad, inserta en un mundo donde la integridad sea el factor preponderante, y donde la solidaridad, la empatía, el respeto mutuo, la generosidad y la valoración de la diversidad, se constituyan, en la medida que son una predisposición natural en los seres humanos, en valores permanentes que contribuyen al desarrollo del pensamiento ético y moral del individuo.
Nace, entonces, el paradigma de la participación y por consiguiente el comporamiento social, que depende de la capacidad perceptiva autónoma del individuo, de la manera en que construye la sociedad interiormente y de la toma de decisiones equilibradas. Estos tres factores son la puerta por la cual los seres humanos nos incorporamos al mundo de la participación. La realidad social, externa, es de gran influencia en nuestras vidas; sin embargo, lo significativo, es lo que percibimos en ella y la sinergia, componentes humanos que ayudan a fundar contextos estables en los que todos podemos habitar.
Cada ser humano es parte de un gran todo por el que debe navegar con el darse cuenta de sus actos y el de los otros, con la autonomía y con la libertad de opinión, responsables y respetuosas, donde la realidad no es un producto acabado, sino un contexto en permanente cambio, contexto donde nuestras conductas se convierten en paradigmas del aprendizaje social de otros.
No respetar los acuerdos sociales, eventos presentes en la cotidianidad de los actos humanos, puede traer consecuencias negativas insospechadas para el individuo y/o para el sistema que lo rodea. La finalidad de los acuerdos sociales incluye el sentido de interés general, la solidaridad, la equidad, la fraternidad, la generosidad, valores éticos y morales, compromiso y justicia; no obstante, el respeto a los cuerdos sociales, es entre todos los problemas educativos, el más difícil de cumplir. Unir a los componentes de un sistema social en torno a proyectos de vida y colaboración colectivos, en apoyo al progreso y bienestar de esa comunidad, radica, ante todo, en la determinación concreta de la mayoría por desarrollar la inteligencia social individual.
En conclusión, se puede inferir que la inteligencia social permite percibir, diferenciar y jerarquizar los acuerdos sociales, las expresiones culturales, las formas de convivencia y la cotidianidad, de manera que el proceso de la relación, de la participación y de la convivencia colectiva, se transforme en un periplo abastecedor de experiencias positivas